lentamente desquiciada

Prologo:

Sus dedos se deslizaban con suma rapidez y elegancia era como aquel concierto para piano que vi de pequeña, toda una obra de arte, la única diferencia era que no había piano y solo estaba allí sentando frente a mí tocando una música invisible, que solo yo podía escuchar gracias a mi “locura”.

-¿Cuánto tiempo llevas en este lugar? – preguntó con su voz gruesa y muy varonil.

Le mire de pies a cabeza examinando bien a mi nuevo psiquiatra, era un poco distinto a los otros, sus ojos negros y profundos me encerraban en un mar de sentimientos que ni yo conocía, era una sensación vibrante que electrizaba cada rincón de mi ser. Sus ojos contenían un brillo muy especial, un brillo que me recordaba a mí de cuándo era una chiquilla “cuerda”.
Piel morena y perfecta; cara de facciones finas y definidas; alto, de contextura gruesa, se ejercitaba bien.

-No sé tal vez unos siete u ocho meses, creo que ya perdí la cuenta – le mire con fastidio, sus manos detuvieron la música e imito el movimiento mímico de cerrar un piano de cola al terminar de tocar, se levanto de su silla y la coloco de tal manera que el espaldar quedara frente a mí, cubriendo su parte delantera y dejando a la vista una camiseta blanca

-Bien. No me he presentado soy Carlos Montenegro, seré tu nuevo psiquiatra – un gesto extraño se formo en sus labios rosas y carnosos, era un gesto que se me hacia familiar pero no conseguía recordar el nombre que se le había puesto. Sus labios formaban una curva perfecta hacia arriba, haciendo que dos huequillos se formaran en sus mejillas morenas.

-Si lo sé. Piensan que estoy “loca” – bufe con fastidio, me levante de mi asiento y empecé a caminar en círculos con las manos en mi espalda rodeando cada rincón de la habitación blanca.
Blanco…había empezado a odiar ese color, por aquí solo había eso nada más, blanco y más blanco, se había convertido en una rutina, pero una de las rutinas más aburridas posibles.

-Ya veo. ¿Qué te gusta hacer? – me detuve frente a un gran espejo, ignorando por completo la pregunta de mi psiquiatra. Observe mi reflejo en él y no me sorprendió lo que vi.
Una joven de 16 años con una piel pálida y demacrada; ojos caoba sin brillo ni nada, solo había un vacío allí, cubiertos de ojeras; pelo castaño claro largo hasta la mitad de la espalda pero completamente enmarañado y un cuerpo flácido y flaco que era cubierto por una camisa blanca y un pantalón del mismo color y en la muñeca un brazalete con los números “4398”.
Definitivamente no quedaba nada de aquella chica popular y alegre que siempre sonreía a pesar de las dificultades, siempre rodeada de amigos y gente que la quería. ¡No!, ya no queda nada de ella, ni si quiera las cenizas, ya que esas se las llevo el viento el mismo día en que la encerraron en este lugar.

-Uf veo que eres de las difíciles bien empecemos por el nombre ¿te parece?

Voltee a verlo con una mirada fija y solida, no había nada en ella y lo supe porque aquel hombre quedo hipnotizado, sus ojos no dejaban de ver a los míos, era una guerra de miradas de la cual ninguno estaba dispuesto a perder

-Kate Adams, 17 años, peso actual desconocido, peso antiguo 52 kg, altura la misma 1,69. Estudiaba en la escuela secundaria Richmond, ultimo año. Me gustaban los animales, la música y los deportes. Era la primera en mi clase y supongo que era feliz. ¡Listo te puedes ir!. – Mi voz fue siempre la misma, no variaba el tono de voz en ningún momento solo al final cuándo ya estaba fastidiada, ¿y quién no? Cada mes me cambiaban de psiquiatra y me hacían estudios una y otra vez, sin contar las visitas de mis padres y hermanos cada mes, mis “amigos” nunca me han visitado ¿Qué extraño no?

-¿Por qué el “supongo”? – otra vez quede inquieta por la mirada que reflejaba en su rostro, mostraba un brillo diferente, para ser más precisos curiosidad.

-Porque tal vez allí en ese mundo materialista que conocemos por vida era feliz, tenía lo que quería y estaba contenta, siempre me la llevaba bien con todos, estaba cómoda en mi rutina, ahora simplemente me da igual.

-Jajajaja ¿tan materialista crees que es?. Entonces qué opinas de los sentimientos, sino estoy mal tenías un novio….creo que se llamaba ¡Alan!

-Estás bien informado, pero aun así creo que solo estaba conmigo por las hormonas, solo buscaba sexo, igual se acostaba con todas las chicas de la escuela, era todo un Don Juan. Por eso pienso que el amor es igual de materialista que cualquier otra cosa en este mundo, no hay nada que no se pueda comprar.
-Tal vez tienes razón, en esta vida todo se puede comprar. Pero ¿por qué una chiquilla como tú piensa en filosofía y no en maquillaje?

-No lo sé, tal vez ocho meses fueron suficientes para que mi modo de pensar cambiará. ¿Exactamente que es a lo que quieres llegar con esta conversación?

-A nada. – fue lo último que se escuchó durante cinco minutos.

¿A nada?, es una de las respuestas más extrañas que he recibido en mi vida, demasiado ambigua, dice todo pero no dice absolutamente nada…es como un agujero negro tan profundo pero sin nada por dentro, solo un hoyo negro profundo, repleto de energía, no sabes absolutamente nada de él, y lo que sabes bueno son solo teorías ya que ningún humano ha llegado a tocar uno y si bueno lo ha hecho no ha vivido para contarlo.

-Se acabo el tiempo, nos vemos mañana Kate fue un placer conocerte – se levanto con esa misma facción de antes, la de la curva. Se arreglo su jean desaliñado y se acomodo su pelo negro de tal manera que quedara revuelto, parecía un chico de esos que quiere ir siempre a la moda, ahora que caigo en cuenta parecía de mi edad.

-Será un mes interesante, no todo el tiempo hay psiquiatras que se visten como uno

-Jajaja, veraz mi querida Kate, me gusta estar siempre cómodo y la verdad poco me importa lo que piensen de mí. Me visto de acuerdo a la ocasión eso no te lo niego, pero mi ropa de trabajo es está, yo no soy como esos psiquiatras que les gusta los trajes complejos ¿para qué?, prefiero gastar mi dinero en cosas productivas que en un traje de cachemir que voy a terminar desechando tarde o temprano

-Bien por ti – me voltee dejando que mi espalda hablara con él, de ahí en adelante escuche los pasos hasta la puerta y el sonido de está al abrirse y luego cerrarse.

-Definitivamente será un mes interesante….

CONTINUARA.......